sábado, 4 de junio de 2011

Por qué te perdí

Hace mucho que no escribo aquí. He estado pensando. En cómo empezamos. En como seguimos. En como terminamos. En todo lo que te sigo echando de menos.

Ninguno de los dos recuerda exactamente la fecha en que nos conocimos. Sabemos que fue a principio del curso 2002/2003 en primero de bachillerato, octubre del 2002. Yo hacía Humanidades repitiendo y tú Ciencias. Aún a día de hoy, creo que fue bueno que ese año fuera el primero y el último que repetí un curso. Tú ya me conocías de antes, y resulta que, como me has demostrado después de acabar la relación, eres muy vengativa e ibas a vengarte del día en que Salvita nos presentara no levantase yo la cabeza de mi dibujo. Cuando tuviste oportunidad, le enseñaste a una compañera de clase un dibujo manga que habías hecho en el horario, consiguiendo que yo también lo viera. Y así empezamos a mantener contacto.

Día a día, me ibas gustando más y más. Solíamos salir juntos como amigos, me contabas lo mal que lo pasabas con tu entonces novio. Y cada vez sentía más que quería protegerte de todo mal, que no te merecías eso. Yo te conté que me gustaba alguien de la clase, y cuando insististe mucho en saber quién era, estuve a punto de decirte que eras tú, pero tenías novio, no me veía seguro y te dije que era otra persona. Tú intentabas juntarnos a ella y a mí de cualquier manera, aunque siempre acabábamos tonteando un poco en tu barrio antes de irme yo a mi casa. Ahí ya empezaste a saber que mi padre era muy autoritario y estricto.

Un día, 16 de enero del 2003, me dijiste en clase que habías cortado con tu novio. Que os habíais dado “un tiempo”. No sé que me empujó a decírtelo, pero al final te confesé que quién me gustaba eras tú. Me besaste sin que me diera tiempo a reaccionar, me quedé mudo, no sabía ni qué decir, ni qué hacer. Me gustaba tu sentido del humor, me gustaba tu forma de ser, me gustabas físicamente. Me enamoré de ti… Aún lo estoy.

Durante ese curso, estábamos en boca de todo el mundo “mira, mira, el Iván y la Alba son novios” y demás burlas de niños de instituto. A mí me daba igual lo que dijera la gente, era feliz contigo.

Pero las cosas no eran fáciles. Dejé los estudios para trabajar, y porque tú los dejaste antes. Mi padre siempre en medio, intentaba de cualquier manera que no nos viéramos, o que se echaran a perder los planes de vernos y tener una cita. Te enfadabas conmigo cuando mi padre me arrastraba con él, y no te podía avisar. Te hartaste en poco tiempo de esa situación. En una discusión, tiraste el anillo al suelo y me dijiste que se acabó. ¿Debió haberse acabado entonces? Pero no se acabó. Entraste en razón, y me diste otra oportunidad. Las cosas en mi casa se pusieron peor desde entonces. Mi padre ya se enfadaba conmigo por cosas absurdas, me echaba la culpa de cosas que no tenían nada que ver conmigo. Tú estabas ahí para apoyarme, al final era yo el protegido y no el protector. Una vez nos peleamos tan fuerte, que pensé que me fuera a echar de casa. Pero no, después de eso, hubo un tiempo de falsa paz. De falsa tranquilidad. Hasta que casi un año después, busco una escusa para discutir conmigo, pelear, y echarme de casa. En el trabajo se aprovecharon de esa situación y me engañaron para echarme con mi consentimiento. No tenía dónde ir y tus padres me acogieron. Estuve una temporada entre Jaén y Málaga, porque no quería ser un estorbo en tu casa.

Fue cuando mi tío me llamó para entrar a trabajar en el teatro. Fue difícil, aprender a vivir solo y alejado de ti, de viaje, trabajando duro. Pero a veces nos veíamos. Me bastaba con saber que estabas bien para estar contento, por muy mal que lo pasara yo.

Terminó la temporada del teatro, y volví a Málaga a vivir contigo y con tus padres. Pero no duré mucho, aún sin trabajo, me busqué un alquiler para no estorbar. Allí, al principio estaba solo. No vivía nadie conmigo. Aunque el otro compañero de piso pagaba su parte, no se pasaba por allí casi nunca. Me ayudaron a buscar trabajo, y acabé trabajando en el almacén. Era un trabajo duro, pero me hice a él muy pronto, y me iba medianamente bien en él, así que rechacé la oferta de volver al teatro. Ese año tuve una crisis psicológica originada por la pelea con mi padre y todo el tema de la razón por la que estaba solo viviendo en esa casa y traté a todo el mundo fatal. Estaba enfadado con el mundo, conmigo y con mi padre. Tú dudaste de lo nuestro y me confesaste que quizás estabas sintiendo algo por otra persona. Ahí me di cuenta que me estaba portando mal con todos, e hice lo imposible por cambiar. Por enterrarlo todo dentro y que no saliera.

Allí estuve mucho tiempo, casi tres años. Pasó de todo, pero tengo muy buenos recuerdos en esa casa, contigo y con los que entonces creía mis amigos. Tan sólo hay un par de recuerdos que aún tenga en cuenta, y sé de sobra que sabes cuál es.

En el almacén me empezaron a tratar cada vez peor, cada vez más trabajo y los sueldos no subían ni un céntimo. Hasta que me harté e intenté buscar una mejora. Ahí es cuando ya se torció todo. Si pudiera volver atrás, no dejaría ese trabajo. Tú me aconsejaste que no lo hiciera, y yo no te escuché.

Desde entonces, no he encontrado ningún trabajo estable. Y tú y yo cada vez discutíamos más y más. Hasta que llegó el momento en que no encontraba dónde trabajar. Volví varias veces al almacén, pero me ofrecían contratos quincenales, insuficientes para seguir adelante con nuestra vida. Llamé al teatro. Tuve suerte de que ese año, el 2009, necesitaran gente porque uno se les había dado de baja. Estuve sólo dos meses con ellos. Suficientes para que al volver, ya fuera como si yo no existiera. No sé con certeza qué te pasó en esos dos meses. Sólo he escuchado malos rumores de ese tiempo después de que lo nuestro acabara.

Seguí luchando porque lo nuestro funcionase, pero ahora me doy cuenta que era demasiado tarde para arreglar nada, y que todo lo que hiciera no serviría de nada. Alguien me dijo una vez “Cuando el dinero se va por la puerta, el amor se tira por la ventana”. Y creo que es cierto. Entre el paro y lo que tú ganabas, podía seguir viviendo. Eso hizo que discutiéramos aún mas todos los días.

Un día, casi radicalmente, empezaste a no mostrar interés por nada mío, a esconderte en gente nueva que conocías por internet, a dejarme aún más de lado. Te pregunté varias veces, lo hablamos, discutimos por ese tema mucho. Te ofrecía un tiempo o te preguntaba si realmente querías estar conmigo. Resulta que me mentías, pues tu boca decía que me querías pero tus acciones y tu mente no querían seguir conmigo. Cometiste el error de hablar de ese tema con alguien ajeno a nuestra relación. Me volvieron a llamar del teatro esa temporada. Las deudas me podían, me ofrecían estar la temporada completa, pero me bajaban el sueldo. Acepté porque no tenía más remedio. Fue la única opción que vi viable para arreglar lo nuestro. Quitarme deudas de encima.

Pero cuando nos vimos en San Fernando, que tenía tres días libres, me demostraste que para ti parecían más importantes esas nuevas personas de internet que yo. Cuando estuve en Aragón con el teatro, otra vez me demostraste que esa gente de internet era más importante que yo. No te interesabas lo más mínimo por mis problemas. No me escuchabas, hablabas más con ellos que conmigo. Entonces, a alguien le interesaban mis problemas. Alguien quería hablarlos conmigo. Alguien quiso escucharme y aconsejarme. Tal y como tú hubieras hecho.

No fue que me enamorara de otra, no fue que tenía pensamientos de irme con otra, no te dejé porque me fuera con otra. No. Te dejé, para que sintieras por un momento qué sentí yo cada vez que intentaste dejarme. Te dejé para que te dieras cuenta de cómo estabas dejándome de lado.

Del resto, se ocuparon gente que no debía haberse metido por medio, porque al menos tres de ellos puedo afirmar que querían que no volviéramos a estar juntos. Una de esas personas fue por quien tú creías que yo te había dejado. Las pruebas que viste con tus propios ojos, son falsas a medias. Por ejemplo, las fotos en mi habitación, eran capturas de la webcam en Skype. Los “te quiero” y los “yo más” fueron cosas sólo por dar celos, no sabía que ella había hecho la jugarreta de subir las capturas esas. No sabía que eso te fuera a sentar tan mal. Y empecé a enfadarme con los que eran mis amigos, porque estaban empezando a meter las narices donde no les llamaban. El resto de la historia… Y esta última parte, ya te la envié por correo. Te intenté explicar todo, pero no quisiste escucharme. Juanma me traicionó como amigo, dándote información falsa, haciéndose pasar por mi amigo para ver qué podía sonsacarme. Gema iba contra mí desde el principio, por culpa de “la otra”, ella se pensaba que yo te había sido infiel. No sé que les diría o contaría, pero me imagino que nada cierto.

Te perdí por una mala decisión. El resto fue la reacción de esa causa. La bola de nieve que engorda cayendo ladera abajo y que no puede parar hasta que choca contra el suelo y se destroza. Y a mí, me ha destrozado la vida. Era feliz contigo, y ahora no quieres ni verme, ni saber nada de mí, ni nada. Te echo de menos, aunque después de dejarlo hayas sido mala y vengativa conmigo. Te echo de menos. Mi vida no merece ser vivida habiéndote perdido de esa manera. Te sigo amando. No te podré olvidar nunca. Y me duele que tú sí hayas podido olvidarte de mí.

Lo siento todo, siento la mala vida que te he dado, me arrepiento de todo, incluso de lo que no ha sido culpa mía. Me arrepiento de haberte conocido. Ninguno de los dos hubiera sufrido así. A mí sólo me queda hundirme más y más en esta miserable vida que me he ido forjando poco a poco con el paso de los años. Soy estúpido.

Te echo de menos. No podré olvidarte, has sido lo más importante para mí.

martes, 26 de abril de 2011

Dreams come to me

Como ya sabrás, hacía muchísimo tiempo que no soñaba o que me acordara de los sueños. Estos últimos días he logrado recordar dos. Uno hizo que me levantara muy enfadado. El otro hizo que no parase de llorar.

¿Por qué cuando por fin consigo soñar, sueño contigo?

En el primero, estaba yo en un piso nuevo, supongo que mío, y había una especie de fiesta de celebración. Estaba hablando con uno, que ni conozco ni conocía dentro del sueño. Él me dijo que era tu actual pareja y que tú me dejaste porque quería poner una bomba en mi coche “¿Pero qué demonios le pasa a ésta?” me pregunté indignado “¿Todavía sigue inventándose mentiras sobre mí?”. Quizás mi subconsciente está un poco harto de oír tus memeces acerca de lo que yo hago o dejo de hacer, o de lo que yo supuestamente hice.

El segundo sueño, es algo más alarmante: Es el primer sueño que no lo sueño en primera persona. Estabas tú en tu casa (no tu casa actual, parecía una casa distinta, pero aún vivías con tus padres, como ahora) Limpiando y ordenando y de repente llaman al timbre. Era yo. Dispuesto a pedirte perdón incluso por lo que no había hecho y me atribuías. Después de convencerte para que hablásemos, empezamos a discutir de nuevo. Y yo rompí a llorar, suplicándote que volvieras conmigo, que iba a ser distinto, que no podía vivir sin ti.

Desde que tuve el primer sueño contigo, no he dejado de estar triste, vuelvo a estar deprimido. Una parte de mí te echa tanto de menos, que sería capaz de cualquier cosa con tal de que volvieras a mirarme. Otra parte de mí está tan enfadada contigo, que es capaz de cometer locuras para odiarte más aún.

Soy dos yo en un mismo cuerpo, de nuevo, otra vez. El “yo” bueno, es el que te echa de menos, el que no le haría daño a una mosca, a menos que sea por ti. El “yo” malo es el que se está tomando las cosas con calma, meticulosamente, jugando al ajedrez con la gente que te rodea.

Lamentablemente tu predisposición a no querer hablar conmigo le da ventaja a mi “yo” malo para hacer lo que quiera. Espero que no sufras demasiado, me he dado cuenta de lo mala persona que puedo llegar a ser.

Te pido perdón por adelantado.

lunes, 28 de marzo de 2011

Million Miles Away

Nuevamente vuelvo a saber de ti ¿es coincidencia o es que el destino quiere atormentarme?

Han pasado ya 6 meses, no quiero oír nada de ti, estamos a más de 200km de distancia y aún así no puedo olvidarte. No he terminado de rehacer mi vida, no he conocido a nadie que merezca la pena, ¿o quizás sea que nadie que me haya conocido decida que yo merezco la pena? Sea lo que sea, sé que no estoy preparado aún para superar lo nuestro. Por cada paso adelante que doy, miro los que dejé atrás. ¿Qué busco en el pasado? Sólo me has dejado dolor.

“¿Dolor?”. Sí, dolor. Porque los buenos momentos conmigo para ti no significaron nada, y cada vez que sé de ti, más me demuestras que eres perfectamente capaz de desechar 8 años de tu vida como si nunca hubieran existido. ¿Alguna vez yo he significado algo para ti? ¿o es que hacía ya tiempo que dejé de serlo, y por eso para ti ha sido más fácil seguir adelante?

No tengo ninguna duda de que aún te amo. Lo siento, sé que no eres lo que necesito, por todo lo que me has hecho. Porque no me correspondes. Porque deseaste que me ocurriera lo peor. Y yo, aún habiéndome hecho todo este daño, no soy capaz ni de desearte la soledad que te mereces y a la que yo me estoy viendo sometido.

Me gustaría estar aún más lejos, saber aún menos de ti. Dejar de recordarte como algo bueno y malo al mismo tiempo. Dejar de recordarte simplemente. Million miles away

There was a time, looking through myself
Wanting to pretend
If I escaped, I could fill myself
I don't think you can
Been far and wide
But that hole inside
Never really leaves
When I went away, what I really left
Left behind was me
It's telling me
To be on my way home
Million miles away
I can't stay
Each passing day, every passing face
Seems like such a blur
I long to be
Home, silently
Lying next to her
Just to get back, by her side is all
All I need to be
Cause I went away
But what I really left
Left behind was me
I need to be
Getting on my way home
A million miles away
Million miles away
I can't take

Aléjate más de mí. Yo ya no puedo alejarme más.

viernes, 25 de febrero de 2011

Cansado de todo

Estoy tan harto de todo, que no tengo ni ganas de escribir aquí.

No hacéis más que joderme, de múltiples maneras.

No me he portado mal con vosotros, como para que me tratéis así.

A partir de ahora, creo que seré un poco más hijo de puta, a ver si la vida me sonríe como a vosotros. Seguiré vuestro ejemplo.

Gracias por hacerme sentir una mierda.

viernes, 18 de febrero de 2011

El precio de los recuerdos

Todo lo que se recibe en esta vida, tiene un precio. Todo lo que se da o te quitan, es la manera de pagarlo. Todo tiene un precio. No me refiero al dinero, no. Ese tipo de pago es demasiado superficial.

A mí me toca pagar el precio de los recuerdos. Todo lo bueno que he pasado, los buenos momentos, con mis amigos, con mi pareja. Todo. Y me toca pagar recordándolo día a día y viendo como de la noche a la mañana, lo pierdes todo.

Algunos dirán que son cosas de la vida, que pasa constantemente. Me da que pensar, que aquellos que se han olvidado fácilmente de lo vivido conmigo, es que realmente no lo pasaron tan bien. O que no quieren pagar por esos recuerdos y los desechan.

Yo no quiero perder los buenos momentos. Y el precio a pagar es el malestar que siento. Tengo miedo a que ocurra lo mismo, tengo miedo a que ocurra algo más intenso. Los recuerdos me hacen pensar que no se puede confiar en nadie. Hasta tu mejor amigo te puede apuñalar por la espalda. Si lo olvidara, volvería a pasar lo mismo una y otra vez, y no quiero. Además, no quiero borrar 8 años de mi vida, y mucho menos, 16. Aunque de esos 16, 3 no son ni recuerdos con esa persona, ni muchos de ellos son recuerdos bonitos. Pero al fin y al cabo son recuerdos, por los cuales, debo pagar. Y lo acepto.

Una mala decisión, confiar a medias en quien ni siquiera debías haber confiado… Son errores que no debo permitir que vuelvan a ocurrir. También veo un error haberme enamorado. El amor sólo hace daño.

El amor, el amor ¿Qué es el amor? El amor es un estado emocional incierto, te hace cometer locuras, y te nubla la mente para no poder pensar con claridad a veces. No eliges las mejores decisiones estando enamorado.

El precio de los recuerdos, es recordarlos una y otra vez, añorar los buenos, y sentir tristeza por los malos. El corazón se encoge al recordar detalles a los que uno en su momento no les dio importancia, pero que habiendo pasado el tiempo, ves con claridad que ese detalle significaba algo, algo muy serio.

Los recuerdos, son buenos y malos a la vez. Los míos, en concreto… Los quiero tomar como buenos. Pero también me hacen recordar lo que he perdido. Echar de menos a la persona que más importante ha sido para mí, para mi vida. Ver como la he perdido poco a poco. Ver como me esforzaba sin resultado alguno. Y ver los errores que he cometido una y otra vez. Ver mi culpa en todo esto.

No sé ni para qué escribo aquí, nadie está interesado en leerlo. Sólo me desahoga un poco, cuando voy a estallar o algo. Para no perder la cabeza y hacer locuras

Si supieras, si comprendieras, lo que te echo de menos…

miércoles, 16 de febrero de 2011

Mentiras y más mentiras II

Y ahora… Un budista entre las filas. ¡Es que me parto! ¡Y vegetariano! ¡JUAS!

Quiero dejar claras unas cosas…

Tú, “budista”… ¿Desde cuándo lo eres? Será desde hace 2 horas, porque lo que es regirte por la ética budista… NUNCA lo has hecho, y menos conmigo… Me hiciste muchísimo daño emocional al usarme, al mentirme, al hacerme confiar en ti y apuñalarme por la espalda… Al no defenderme cuando me han insultado, a mí, a tu supuesto amigo…

Un budista, evita hacer daño, y no sólo se refiere al daño físico… No se puede mentir, no se puede engañar, no se puede insultar… ¡Y en los últimos 4 meses has hecho eso y más! ¡Me entran ganas de ir a visitarte y a darte una paliza, a ver si te defiendes! Si no te defiendes, por evitar hacerme daño, te creeré. Pero ¿Vegetariano? ¿TÚ? La última vez que nos vimos te comiste una hamburguesa que Dios tiembla… ¿Eres un vegetariano de palo? ¿Es que mola ser vegetariano?

Y ahora llegamos a lo que es ser budista realmente. No solo se basan en no hacer daño, no. No se puede mentir, pero tampoco es eso lo único que es ser budista. Un budista busca el equilibrio. No ser demasiado ostentoso, no fustigarse tampoco demasiado, no sé si lo entiendes… Pero decir que eres vegetariano porque “mola”, es ser ostentoso… Comprarse un MacBook nuevo, es ser DEMASIADO ostentoso…

¡No me hagas reír! Teniendo en cuenta lo hipócrita que has sido conmigo, que digas que eres budista me hace pensar que no sabía quién era mi mejor amigo… Eres budista porque ¿mola? No, si al principio hice bien en no querer contarte nada de lo que iba a hacer… No eres una persona en la que se pueda confiar, me lo has demostrado después. Y antes también, pero se supone que a los amigos SE LES PERDONA, y yo te perdoné muchas cosas que pasaron 3 años antes de que nos reconciliáramos… No soy un amigo de “usar y tirar”, no señor… Pero es lo que has hecho, con esta ya, dos veces… Y esta vez no te podré perdonar, porque al menos la otra vez, para mi corazón, seguías siendo un amigo, que lo estaba pasando mal y te intenté comprender. Ahora ya no, no eres un amigo, eres una persona cruel, hipócrita, despiadada y que sólo busca el beneficio propio POR ENCIMA DE TODO, es decir, otra ostensión más…

Espero que eso del Karma en lo que creen los budistas de verdad, te haga pagar todo junto…

No me hagáis reír, HIPÓCRITAS.

Mentiras y más mentiras

Si hay una cosa que odie más que nada, es que un “amigo” me mienta. Bueno, sí, la hay: Que me mienta y encima me utilice. Pero este no es el caso, o al menos, no lo creo así. Parece que quiero ser desconfiado pero no lo consigo del todo.

Pongamos el caso: Un ”amigo”, el cual me ha “comprendido”, me ha “animado” a que siga adelante y me olvide de ella. Qué casualidad, que un día, de repente, me doy cuenta de que me ha bloqueado en el msn, y lo que es más, “aparentemente” por una razón absurda. “Resuelta” la duda, me niega haber hablado con ella “ni por internet” desde hace 3 meses o más, que ella para nada es su tipo. Y también me recalca que sigue soltero y “que va a intentar algo con una que le lleva gustando mucho tiempo”. Pero “no consiguió nada” según él.

A ella la han visto hace una escasa semana, hablando con uno, de similares características a las de mi “amigo”.

Un día antes de San Valentín, a él le da por “querer regalar algo y no sabe el qué” (estado de Tuenti). Y el mismo día de San Valentín, al final del día “Da gracias por los regalillos”

Vamos a ver, dos cosas: Una persona sin pareja, no suele recibir nada por San Valentín, y menos regalar nada… A menos que estemos en Japón y nos declaremos con chocolate. Y llegando a esta conclusión de que sí tiene pareja, llegamos a la segunda cosa… ¿Por qué ocultármelo?

¿Acaso está ella saliendo con él? ¿Es él un amigo de verdad? Sabiendo cómo estoy por ella aún… ¿Por qué me da indicios para pensar que está con ella?

No sé qué pensar… A eso yo lo llamo traición, lo mires por donde lo mires…

Odio, furia, ira, todo junto, vuelve de nuevo a mi cabeza, golpeándome con fuerza… Creo que voy a perder el control de mí mismo como las cosas sigan torciéndose así…

No me decepcionéis más. Mirad qué estáis haciéndome.

¡PARAD YA ESTA TORTURA!

No puedo más, no aguanto más… Te quiero y no quieres ni verme.

lunes, 14 de febrero de 2011

Ya mismo acaba…

Ya mismo acaba San Valentín. Y sin noticias tuyas… Si esta canción te parece triste, yo lo estoy más aún sin ti…

La melancolía me invade cada noche y no puedo dormir…

San Valentín… Patrón de los ¿enamorados?

Yo, que soy una persona que rechaza mucho las fechas señaladas, impuestas por centros comerciales, como la Navidad, Reyes, San Valentín, y otras tantas, ya no sólo impuestas por centros comerciales, como la Semana Santa… Yo, que las rechazo porque su significado nada tiene que ver con el cariño, con el amor, con ser el mejor padre del mundo… Yo, que creo que por un único día no voy a querer o amar más… Yo, que siempre he opinado que está el resto del año para demostrar lo que se intenta demostrar en un único día… Yo, hoy, me encuentro mal. San Valentín, patrón de los centros comerciales y de las cursiladas máximas para una noche…

Estoy esforzándome mucho en olvidarte, de verdad que lo intento… Pero no puedo… Y no sé ni por qué, pero hoy no debería estar así. Quizás, aunque este día sea tan sólo una estrategia de los centros comerciales para aumentar el consumismo compulsivo, este día para mi subconsciente sea algo especial, porque mi primer San Valentín, recibí conguitos. Y lo celebramos varios años, como buenamente podíamos…

Pero repito que no debería de dolerme hoy el pecho, porque a ella la eché de mi vida. Tuve una mala idea, y le hice mucho daño. Después el daño me lo ha devuelto con intereses incluidos… Y no quiere saber nada de mí.

¿Lógico? Se ha olvidado demasiado rápido de mí, de los buenos momentos juntos… Yo no. Y por eso creo que hoy estoy así.

Hoy más que nunca, te echo de menos.

martes, 8 de febrero de 2011

¿Soy mala persona?

Me da miedo pensar que sí. Pero tengo bastantes motivos para creer que así es.

Me regocijo con el hecho de que alguien que no tuvo miramientos de ningún tipo para hacer lo que le dio la gana, ahora mismo exprese su frustración personal en un blog, dándome a conocer que él mismo se odia, que odia su vida, y que no le van bien las cosas. Pienso que se lo merece, aunque yo esté, en cierto modo, igual. Mis motivos son distintos, es verdad. Él me hizo mucho daño haciendo lo que hizo, supuestamente un amigo.

También me atormenta la idea de perder la cabeza: A veces me pasa, que hago cosas sin querer hacerlas, al menos, no lógicamente hablando. Cosas que mi cerebro desecha casi al instante cuando pienso fríamente, pero que cuando me inundan las imágenes, los recuerdos, la ira… Pierdo el control, y las hago, pero de momento sin graves consecuencias.

Empezó siendo tan sólo imaginaciones de lo que mi mente ansiaba que ocurriera para tranquilizarse: Emboscadas a aquellos que más daño me han hecho, torturas, palizas… Ya os lo podéis imaginar… Más adelante se tornaron en palabras. Palabras que no quería decir, pero que dije. Tales como: “Toda la culpa la tiene mi padre. Debe morir”, “Le daré tal paliza a –perdonad que omita el nombre, pero es necesario-, que no saldrá del hospital nada más que en silla de ruedas” y “Cállate, zorra asquerosa, si no hubiese sido por ti, aún sería feliz”. Obviamente no quiero hacerle daño a nadie, es más, no me veo capaz. Pero más adelante se tornaron en acciones.

Recobro el sentido común al tiempo de haber empezado una serie de acciones: Robar cuentas de redes sociales, correos electrónicos, en busca de pruebas, de puntos flacos, pero antes de conseguir nada, darme cuenta de que lo que hago no quiero hacerlo… O quizás, la que más me asusta, es que cogí las llaves del coche, el chaquetón, salí por la puerta, y recorrer andando los casi 2 kilómetros que me separan de casa a donde tengo aparcado el coche, con una sola idea en mente: viajar a otra ciudad, a darle su merecido a 4 personas. Y es aquí cuando agradezco estar en una ciudad distinta, porque si no hubiese sido así, en el tiempo que tardé entre salir de casa, llegar al coche, y arrancar (es lo que hice hasta que me di cuenta de lo que hacía); estando en su ciudad, al menos me habría dado tiempo a darle una paliza a uno de los que me han hecho daño. Y sé que mi mente ansía venganza con aquel que más daño me ha hecho: El que era mi mejor amigo. Y prefiero acordarme de los buenos momentos que pasamos él y yo juntos. Nada más y nada menos que 16 años de amistad.

También escribo anónimamente en este blog, poca gente que me conozca lo habrá leído, y creo que sólo son dos personas que yo conozca las que leen o han leído parte de este blog, en el cual escribo precisamente para controlar estos ataques de ansiedad/histeria/ira. Si no me desahogase aquí, imagino que habría perdido la cabeza hace ya un tiempo.

Empiezo a pensar que tras esta fachada de bonachón tonto y confiado, se esconde un verdadero hijo de puta. Y eso me da miedo. Mi padre es un verdadero hijo de puta, y siempre he luchado por no ser como él. Pero “de casta le viene al galgo”, me imagino…

Tan sólo ansío ser feliz, dejar de tener estas preocupaciones, ser una persona alegre, como lo era hace 2 años… Aunque por fuera mucha gente me vea bien… Estas cosas que acabo de contar, me atormentan.

 

“Sé que no debí haber hecho lo que hice, sé que no debí ponerla a prueba. Todo es por mi culpa.” es lo que pensé justo antes de hincar la punta del cúter en mi muñeca. “Sin ella no puedo vivir” seguía pensando cuando arrastré el filo hacia abajo, y las lágrimas, y la sangre, manchaban el teclado del ordenador. “Debe saberlo, mi muerte debe pesar sobre ella. No ha querido escucharme, así que su castigo es saber que estoy muriendo por ella” pensé mientras, mareándome, escribía un correo dirigido a ella, donde le intentaba contar lo que había hecho. Me dio tiempo a mandarlo, antes de perder el conocimiento.

Desperté en el hospital, y rápidamente comprendí que algo no había salido bien: No caí en la cuenta de que la sangre se coagula. Perdí bastante sangre, pero gracias a que el corte no fue muy profundo, y a que no metí el brazo dentro de agua caliente para que no se coagulara la sangre, no llegó a ser mortal. También alguien me echó en falta y vino a buscarme.

Abatido por el fracaso, la vergüenza de haberlo intentado me atormentó unos días. Pero ahora comprendo que si todo hubiera acabado ahí, no tendría oportunidad de arreglar las cosas, aunque pase mucho tiempo para eso.

 

¿Soy mala persona? Creo que no, tan sólo soy un cobarde que no está preparado para el mundo real.

Manzana Podrida

Jamás pensé que canciones que me gustaban tanto, podían significar todo esto.

Bad Apple, la cual medio traduje mientras la escuchaba durante uno de mis insomnios, escuchándola dando vueltas en la cama, me dije a mí mismo que era casi imposible que lo que yo creía entender era la traducción. Pues bueno, me ha picado la curiosidad, ahora que la he vuelto a escuchar dando vueltas en la cama, y he buscado varias traducciones. La que más se acerca a la mía, es esta:

Y realmente, describe cómo me siento a veces.

He encontrado otra traducción, que afinando un poco el oído creo que es más correcta. Pero no concuerda tanto con mis sentimientos. El vídeo no lleva los subtítulos incrustados, sino que tenéis que activarlos en el botón “CC” del reproductor de Youtube. Por eso pongo sólo el enlace en lugar del vídeo: [Alstroemeria Records] Bad Apple!! (spanish subtitles)

martes, 1 de febrero de 2011

Miedo a enamorarme otra vez

No puedo. No me veo capaz. Para que eso ocurriese, lo que sienta por esa otra persona debe ser mayor que lo que sentía por ti… Y tampoco…

Si fuese menor, lo descartaría de inmediato. El sexo por sexo no me llena, lo he comprobado. No necesito sexo, necesito amor… No sentir al menos como mínimo lo que sentía por ti me haría pensar que soy una mala persona, engañando a la que sí que siente algo por mí… No lo sé.

Si siento algo parecido o que me parezca igual que lo que siento por ti, automáticamente lo rechazaría, porque no quiero acabar del mismo modo y dolorido por las malas decisiones… Porque siempre las hay.

Si consigo sentir algo mayor y que crea que es más verdadero… No lo veo posible. Y quizás si lo consiguiese, me daría miedo. Mucho miedo. Me volvería a encerrar en mí, como cuando tú yo yo comenzamos a salir.

Tengo miedo de dejar de sentir por ti lo que siento. Tengo miedo de sentir algo más con otra chica. Tengo también miedo de no volver a sentir nada parecido.

Tengo miedo a amar a otra persona que no seas tú.

Te echo de menos. Mucho. Reírme contigo, pasar buenos momentos. Hablar en los difíciles. La confianza que tenía contigo, no la podré tener con otra persona. Me dabas seguridad en mí mismo. Mi seguridad flaqueó cuando empezaste a olvidarme. Empecé de nuevo a encerrarme en mí, empecé de nuevo a tomar decisiones estúpidas.

Tengo miedo del futuro. Me gustaría volver al pasado, en nuestro De’Lorean, y cambiar todas esas decisiones estúpidas que fueron distanciándonos. Aunque sólo sea en mi imaginación, tú y yo, aún somos felices.

Tengo miedo de dejar de pensar eso también. No te odio, no me dejas amarte… Y tú muestras indiferencia ante todo ¿Qué piensas? ¿Qué buscas? ¿En serio puedes volver a sentir lo mismo por otra persona, o incluso a superarlo? Qué fácilmente me has olvidado… Y me duele. Por eso sé que no puedo volver a amar…

domingo, 30 de enero de 2011

First Love

Es una canción que describe perfectamente cómo me siento… Y metafóricamente hablando, sí, su último beso me supo a tabaco…

 

 

¿Por qué sigo atormentándome? No debería añorar lo que ya no existe, no debería pensar en quien no debo. Una persona me ha dado mucho estos días, y no soy capaz de recompensarle olvidándome de ti…

martes, 4 de enero de 2011

Vacío en mi interior…

Te busco y no estás.

Te miro y no te veo.

Te quiero y no me correspondes.

Es un sinvivir.

Noches en vela, rumores corriendo, la sangre llega hasta el río, en lugar de entrar a mi corazón.

No fui capaz de ser sincero contigo, no quería tu dolor.

Alguien se metió por medio, y ni tan siquiera preguntaste ¿por qué?

Diste por hecho, lo que realmente eran conjeturas.

No supiste entenderme, no.

Desechaste el diálogo, te aferraste a otro tipo de cariño.

A veces andando por la calle, paro, respiro hondo, y una presión que me llega desde lo más hondo del estómago me hace toser… Es ese momento cuando me imagino lo peor…

A veces, andando por la calle, paro, miro a mi alrededor, y no veo gente…

A veces, andando por la calle, no paro, cierro los ojos, y deseo que solo fuera un mal sueño.

A veces, paseando. Tranquilamente, paso al lado de una calle donde estuvimos juntos “Por aquí también se tiene que llegar” ¿no? ¿Recuerdas hace casi 6 años? En donde estoy ahora…

A veces, parado, miro al suelo. Pienso. Intento no recordar.

Pero me puede. Vivo cada momento a cada detalle. Y deseo que hubiera sido de otra manera. Me pongo a recordar. E intento modificar mis recuerdos, dándole distintos desenlaces. Aprieto los puños y los dientes. Cuando me quiero dar cuenta, tengo las palmas de las manos doloridas, de la presión. Los dientes adormilados, de apretar de rabia.

¿Mentira, dices? No, sólo que lo tenía guardado bien guardado. Todas mis neuras, todo lo malo, porque no quería mostrártelo a ti… Tenía miedo de que cuando vieses mi locura, me dejaras… Como estaba ocurriendo…

¿No me crees? Quiero volver contigo…

A veces… No es a veces. Es siempre. Pienso en ti… Siempre fue así. ¿Prioridades? Está claro que no quedó claro.

Es todo tan… Ambiguo…

Te quiero. No puedo vivir sin ti. Pero ya es demasiado tarde. Ya todo está hecho. Mi intención no era acabar así. Quería que fuéramos amigos… Comentarte que había alguien que me gustaba, volver al principio… Y finalmente, el día 18 de Enero te diría de nuevo “Es que… Eres tú…” A las 10 menos cuarto. A nuestra hora. En nuestro día.

Pero tuvo que meterse alguien en medio. Tuvieron que no dejarme explicarte siquiera… Y tuviste que hacer lo que más me ha dolido de todo… Y tuviste que reírte de mí… Y tuviste que hacerme sufrir hasta más no poder… Y decidí que no podía vivir sin ti, y que no iba a vivir…

Pero ni eso pude. Me intento engañar a  mí mismo: “Venga, calma, venga, no es nada, venga, ya saldrás, venga, otras habrá”

NO HAY OTRAS, no las hay. No como tú. Mi vida. Mi amor. Mi cielo. Mi todo. Y me has fallado. No por lo que hiciste, sino por lo que no hiciste. No pediste explicaciones. No quisiste escucharme. Te encerraste en lo que te contaron.

Aún así. A día de hoy, te sigo amando. Te perdonaría hasta la más vil de las maldades. No quiero perderte. Al menos, déjame ser tu amigo. Por favor… Al menos, no me hagas sentir tan solo, no más…

A veces… A veces siento que no puedo. Me derrumbo, no duermo. A veces, desearía no haber nacido.

A veces… A veces noto un nudo en el estómago, recordando aquello que no he visto, pero por poco me cuentan al detalle. Siento ira, tristeza y lástima. Lástima de mí, de mi tristeza y de mi ira. Tristeza porque no estoy contigo, e ira para ser capaz hasta de dejarlo todo para darle su merecido a cuatro personas… Ira para dejar las cosas claras de una vez por todas. Este 18 de Enero, para mí es muy importante. Espero que no haya aún nadie importante en tu vida… Merezco una segunda oportunidad. Tan sólo por lo que fue, nada más. No me castigues así.

Permíteme volver a verte…

Te echo de menos. No puedo seguir así.